jueves, 20 de marzo de 2025

¿SABES LO QUE ES UN MIDGET?

El Midget, una disciplina automovilística que combina velocidad, habilidad y emoción, tiene una rica historia que se remonta a principios del siglo XX. Este deporte, que nació como una alternativa accesible al automovilismo tradicional, ha evolucionado hasta convertirse en un espectáculo que atrae a miles de fanáticos en todo el mundo.

El Midget Racing surgió en los Estados Unidos en la década de 1930. Su nombre proviene de los pequeños autos utilizados en las competencias, diseñados para ser ligeros, rápidos y maniobrables. Estas carreras se llevaban a cabo en pistas cortas, generalmente de tierra, lo que añadía un elemento de desafío y emoción para los pilotos y el público.

Con el tiempo, el Midget Racing cruzó fronteras y ganó popularidad en países como Australia, Nueva Zelanda y Argentina. En Argentina, particularmente en Bahía Blanca, el Midget se convirtió en una tradición local, con competencias que reúnen a comunidades enteras. La pasión por este deporte ha dado lugar a generaciones de pilotos que compiten con orgullo en pistas locales. Hubo o hay algo parecido en Santa Fe, y a veces han competido en Bahia Blanca, pero ademas de tener otro reglamento jamás han podido con los nuestros.

Hoy en día, el Midget sigue siendo una disciplina vibrante y emocionante. Aunque ha evolucionado con la incorporación de tecnología y medidas de seguridad, mantiene su esencia: la adrenalina de las carreras y la conexión con los fanáticos. En lugares como Bahía Blanca, las competencias de Midget son más que un deporte; son un evento social y cultural que une a las comunidades.

La historia del Midget es un testimonio de cómo un deporte puede trascender fronteras y generaciones, manteniendo viva la pasión por la velocidad y la competencia. Desde sus humildes comienzos en pistas de tierra hasta su lugar en el corazón de los fanáticos, el Midget sigue siendo un símbolo de emoción y tradición.

PLATAFORMAS O INFLUENCERS ?

En los últimos años, los influencers y el streaming han irrumpido con fuerza en la cultura digital, transformando la manera en que consumimos entretenimiento, información y publicidad. Lo que alguna vez fue un pasatiempo para pocos, hoy es un fenómeno global que mueve millones de seguidores, marcas y dólares. Todo comenzó con mas fuerza a partir de la pandemia.

Los influencers son creadores de contenido que, gracias a su autenticidad, carisma y conexión con sus audiencias, logran impactar en las decisiones y comportamientos de sus seguidores. Actúan como líderes de opinión en nichos específicos: moda, belleza, tecnología, deportes o incluso temas más especializados como la sostenibilidad o la educación. Su poder reside en la confianza, algo que muchas marcas buscan aprovechar al colaborar con ellos en campañas publicitarias. Por supuesto, como en todo, hay gente que no tiene talento ni elabora contenido, sin embargo tiene un canal de streaming para descerebrados.

Esta forma de comunicación, por otro lado, permite la transmisión en vivo de contenido a través de plataformas como Twitch, YouTube, Instagram Live o TikTok. Este formato ha democratizado el acceso a la creación de contenido en tiempo real, abriendo un mundo de posibilidades para gamers, músicos, chefs y cualquier persona que desee compartir su talento o pasiones con una audiencia global.

El streaming no solo ha cambiado la forma en que consumimos contenido, sino también cómo interactuamos con los creadores. Los espectadores tienen la posibilidad de participar activamente en tiempo real, convirtiendo el entretenimiento en una experiencia más interactiva y personalizada.

Este fenómeno ha generado una nueva economía, conocida como la economía del creador, que incluye ingresos por suscripciones, donaciones, patrocinios y ventas de productos. Además, los influencers y streamers no solo moldean tendencias, sino que también abren conversaciones sobre temas sociales, generando un impacto más allá del entretenimiento.

Sin embargo, este nuevo panorama no está exento de desafíos. La presión para mantener la relevancia y la autenticidad puede llevar al agotamiento de los creadores. Además, la línea entre contenido genuino y publicidad puede ser difusa, lo que plantea preguntas sobre la transparencia y la ética en estas plataformas.

El mundo de los influencers y el streaming sigue evolucionando a un ritmo vertiginoso. En una era donde el alcance digital es prácticamente ilimitado, estas figuras han cambiado las reglas del juego, demostrando que la conexión humana sigue siendo el motor de todas las grandes innovaciones, incluso en un entorno virtual. Por supuesto que el advenimiento de tantos canales de TV  y plataformas tipo Netflix, han traido mas división en la audiencia, sobre todo en la juventud (muchos no se conectan a la TV) y hacer ficción en televisión es caro, si tomamos en cuenta el rating. Todo va cambiando y como todo, va a quedar lo que elige la gente.

UHH! LOS PERIODISTAS ESTRELLAS

En el mundo moderno, el periodista ya no es únicamente el narrador invisible que teje historias y revela verdades. En muchos casos, han pasado a ocupar un espacio central en el foco mediático, transformándose en verdaderas "estrellas" con una notoriedad que rivaliza con la de los protagonistas de las noticias que cubren. Pero ¿cómo llegamos aquí, y cuáles son las implicancias de esta transformación?

La tecnología y el auge de las redes sociales han sido piezas fundamentales en este proceso. Antes, los periodistas escribían para un público que apenas conocía su rostro o su nombre. Ahora, gracias a plataformas como Twitter, Instagram y YouTube, han adquirido un nivel de interacción directa y constante con sus audiencias, lo que les permite construir una marca personal. Muchos incluso trascienden sus roles informativos y se convierten en influencers, ofreciendo opiniones y contenido más allá de su ámbito profesional.

Sin embargo, este ascenso al estrellato tiene sus riesgos. La búsqueda de notoriedad puede llegar a influir en el trabajo periodístico. La tentación de generar contenido "viral" o controversias puede opacar el compromiso con la objetividad y la verdad. Además, algunos periodistas estrella terminan usando su posición como plataforma para promocionar agendas personales, lo que puede dañar la credibilidad y la confianza en los medios.

Por otro lado, es innegable que esta visibilidad ha contribuido a que el público valore más el esfuerzo y la dedicación que implica el periodismo. También ha permitido que algunas historias, que de otra manera habrían quedado en el olvido, encuentren eco gracias al carisma y la influencia de ciertos periodistas.

Entonces, ¿cómo equilibrar la balanza? La clave radica en recordar que el protagonismo del periodismo debe recaer en la noticia, no en quien la cuenta. La figura del periodista puede ser influyente sin convertirse en el centro de atención, priorizando siempre la integridad, la transparencia y el servicio a la sociedad. En argentina no solo hay periodistas y medios estrellas, sinó tambien militantes. Hoy en dia estan divididos en dos (socialistas y capitalistas), ambos son derechosos pero algunos promocionan la izquierda, pero viven en Puerto Madero. Depende quien les pague mas. Ya no existe o queda poco del periodismo informativo, sino que cada vez mas pululan los periodistas influencers!

NO NACERÁ OTRO COMO DON LUIS

Luis Landriscina, cuyo nombre completo es Luigi Landriscina, nació el 19 de diciembre de 1935 en Colonia Baranda, Chaco, Argentina. Es un actor, humorista y narrador argentino conocido por su estilo único de contar historias que reflejan las costumbres y tradiciones del país. Su carrera abarca cine, teatro, televisión y radio, consolidándose como una figura icónica de la cultura popular argentina.

Desde joven, Landriscina mostró talento para el humor y la narración, destacándose en su comunidad. En 1964, su participación en el Festival de Cosquín marcó un punto de inflexión en su carrera, donde fue galardonado con el premio Revelación como cuentista y recitador. Este reconocimiento lo catapultó a la fama nacional e internacional.

A lo largo de su trayectoria, Landriscina participó en programas de televisión como Mano a Mano con el País y Landriscina con Todo el País, además de actuar en películas como Mire que es lindo mi país y Sapucay, mi pueblo. También publicó discos y libros que llevaron su humor y narraciones a los hogares argentinos.

Actualmente, reside en Santa Ana, Uruguay, donde disfruta de una vida tranquila. Su legado sigue vivo, siendo recordado como un maestro del humor costumbrista y un embajador de la cultura argentina. Indudablemente, fue, es y será el mejor standapero, relator y cuentista de este pais. ¿Un recuerdo propio? En época que trabajé con mi auto, la radio que escuchaba pasaba todos los dias un cuento de Don Luis, a lo que estacionaba para escucharlo tranquilo. Luego fui dandome cuenta que muchos tambien lo hacian.