jueves, 1 de octubre de 2020

A URUGUAY A DAR LASTIMA

"Me voy a Uruguay"  Frase recurrente entre gente argentina que no es capaz de irse de la casa de sus padres, pero recurre a estos pronunciamientos como amenazando a despoblar el país. 

Está bien que en este país, es como si nos estuviesen arreando a que nos vayamos, porque vemos la incapacidad de los gobiernos para manejar todas las situaciones que van apareciendo. El dolar, es lo mas importante desde hace casi un siglo y nadie puede revertir eso, la inflación es una de las mayores de latinoamerica, la delincuencia se supera año a año, los jueces son cada vez mas cagones e inutiles, las empresas multinacionales buscan otros paises para administrar sus ventas y encima, los valores de nuestra sociedad estan por el suelo. Y esto se puede apreciar en la televisión, nomas. Todos los programas se caracterizan en faltarle el respeto a la gente, es una guerra de egos soberbios insoportables. En los programas donde la gente canta, los que saben cantar son ninguneados y los mediaticos, egolatras y conflictivos son defendidos por la producción. 

Es realmente una verdadera expulsión del país a la gente con valores.., pero.., perooo... a pesar de los gobiernos inutiles que padecemos, sus periodistas funcionales y los comentaristas económicos que nos hablan del PBI de Bolivia, de La poca inflación de Uruguay, del progreso de Brasil, de la poca desocupación de Chile, amigo querido, pensá bien antes de irte, porque a pesar de todo eso, en Argentina se vive mucho mejor de lo que se vive en esos países limitrofes. Acá, la actividad privada supera cualquier gobierno inutil. Andá a tomarte un cafe con leche con mediaslunas en un bar de Bolivia con un sueldo boliviano. Andá a estudiar a Chile, o a curarte. A Uruguay pueden ir ricachones como Susana Gimenez y el Negro Oro, pero vos? que vivis de tu laburo? Te cagas de hambre. Brasil? Si sos bohemio, en un paraiso de playa? Te lo acepto, pero el cambio es grande. Pero tratá de vivir con un sueldo brasileño! Te vas a volver con el rabo entre las piernas. 

Quiero decirte, que aquí vas a vivir mejor que en cualquiera de estos paises, a pesar de Cristina, Macri, Alberto o cualquier otro inutil que nos toque. Y te aclaro que en argentina no hay hambre, Porque si un niño/a tiene hambre, es porque los padres son unos hijos de puta. y si un adulto tiene hambre, es porque no trabaja. Si hasta los que marchan pidiendo y cortan calles estan gordos! Acá el mas pobre se come un asado cada tanto. Todos fuman, tiene celulares ultima generación, toman buenos vinos, birra, fernet, etc. pero como buenos argentinos, se quejan, se quejan, se quejan! Andate a Uruguay y decile a Susana que te deje armar una carpa en su chacra de Punta del Este. Vas a ir a dar lástima!
 


miércoles, 30 de septiembre de 2020

SOMOS POBRES O INDIGENTES


 Esta noche viendo el noticiero bahiense de Telefé Bahía Blanca, escuché que un tercio de nuestro partido está en situación de pobreza, mostrando una imágen parecida a la que antecede a este artículo. Uno se pregunta: ¿Que es la pobreza?

Recuerdo mi infancia, viviamos en una casa común, rodeada de plantas, una pequeña huerta detras de la casa prefabricada de mis abuelos, mucha limpieza, un arbol en medio del patio, donde uno se podía sentar a su sombra. Mi padre ganaba lo suficiente para que podamos alimentarnos y no pasar penurias por las inclemencias del tiempo, pero muchas veces andábamos con la ropa zurcida o las zapatillas con algún agujero mínimo que nos permitia calzarlas igual. Eramos pobres, pero limpios, instruidos y dignos.

No hay nada malo en ser pobre; en vivir con lo justo que nos alcance para comer, abrigarnos, estudiar y tener posibilidades de ver crecer a nuestros hijos con las oportunidades que una vida prolija les podría dar.

Pero sucede muy seguido en estos días, el ver las villas, los asentamientos y la gente que vive en forma indigente; en una casilla de chapa, entre yuyos altos, con poca contención a lluvias y vientos que proteja a la familia dentro de ese hogar, digamos. Las inclemencias del tiempo alcanzan a sus hijos, quienes mayormente no asisten o van alternadamente a la escuela. No se intruyen, viven de changas y no prosperan en su condición de seguridad y sanidad en la vida.

Hoy, uno es autónomo, con un emprendimiento que le permite vivir sin grandes inconvenientes, con un auto común, una casa ordinaria y los suficiente para ser un pobre digno, como fueron nuestros padres y abuelos, y no reniega de la pobreza, porque si uno la vive dignamente, es una riqueza sin esclavitud.

Por eso, no creo que sea tan grave que un tercio de nuestra población o un 40% de la población del país sea pobre; es mas: en el mundo es mas o menos asi. Lo que sucede es que hay que definir bien la diferencia entre ser pobre o ser indigente. La política de estos años parece arrastrarnos hacia la indigencia sin piedad y haciendonos creer que esa es la pobreza. Créame lector, que cuando todos nos creamos pobres viviendo indigentemente, ese será el fin de nuestra esperanza.