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miércoles, 30 de septiembre de 2020

SOMOS POBRES O INDIGENTES


 Esta noche viendo el noticiero bahiense de Telefé Bahía Blanca, escuché que un tercio de nuestro partido está en situación de pobreza, mostrando una imágen parecida a la que antecede a este artículo. Uno se pregunta: ¿Que es la pobreza?

Recuerdo mi infancia, viviamos en una casa común, rodeada de plantas, una pequeña huerta detras de la casa prefabricada de mis abuelos, mucha limpieza, un arbol en medio del patio, donde uno se podía sentar a su sombra. Mi padre ganaba lo suficiente para que podamos alimentarnos y no pasar penurias por las inclemencias del tiempo, pero muchas veces andábamos con la ropa zurcida o las zapatillas con algún agujero mínimo que nos permitia calzarlas igual. Eramos pobres, pero limpios, instruidos y dignos.

No hay nada malo en ser pobre; en vivir con lo justo que nos alcance para comer, abrigarnos, estudiar y tener posibilidades de ver crecer a nuestros hijos con las oportunidades que una vida prolija les podría dar.

Pero sucede muy seguido en estos días, el ver las villas, los asentamientos y la gente que vive en forma indigente; en una casilla de chapa, entre yuyos altos, con poca contención a lluvias y vientos que proteja a la familia dentro de ese hogar, digamos. Las inclemencias del tiempo alcanzan a sus hijos, quienes mayormente no asisten o van alternadamente a la escuela. No se intruyen, viven de changas y no prosperan en su condición de seguridad y sanidad en la vida.

Hoy, uno es autónomo, con un emprendimiento que le permite vivir sin grandes inconvenientes, con un auto común, una casa ordinaria y los suficiente para ser un pobre digno, como fueron nuestros padres y abuelos, y no reniega de la pobreza, porque si uno la vive dignamente, es una riqueza sin esclavitud.

Por eso, no creo que sea tan grave que un tercio de nuestra población o un 40% de la población del país sea pobre; es mas: en el mundo es mas o menos asi. Lo que sucede es que hay que definir bien la diferencia entre ser pobre o ser indigente. La política de estos años parece arrastrarnos hacia la indigencia sin piedad y haciendonos creer que esa es la pobreza. Créame lector, que cuando todos nos creamos pobres viviendo indigentemente, ese será el fin de nuestra esperanza.