¿Te has fijado en Google, que de vez en cuando aparece el logo con algún gráfico-video en conmemoración al nacimiento de algún personaje de la cultura mundial?
Es curioso hacer una comparación de este aspecto, con las fechas en las que los argentinos rememoramos a nuestros próceres. Conmemoramos las fechas de sus fallecimientos.
Estaría bueno que recordemos a todos por la fecha en que los recibimos en este mundo, no cuando se fueron. En verdad no se le encuentra mucho argumento a esta forma de conmemorar. En el resto del mundo no existe. Solo queda una explicación: El inmenso placer que nos da hablar de la muerte. Somos, en su mayoría, por tradición, un país necro. Son llamativos en nuestro país, los cultos a personajes de nuestra cultura fallecidos, profanaciones de tumbas y otros delitos necrológicos.
Otra prueba de ello, es que a diferencia del mundo, en crímenes o muertes dudosas, se toman todos los recaudos (autopsia, estudios) antes de enterrar el cuerpo en su morada final. en Argentina no sucede eso: Siempre hay que exhumar una dos o tres veces el cadaver para seguir investigando; Sin ir muy lejos, hace poco tiempo, con la muerte llena de dudas y denuncias de Natacha Jaitt, sucedida el sabado a la madrugada, el domingo ya fue inhumado su cuerpo. Seguramente esa burbuja de necrofilia en la que vivimos, la querrá tener presente entre nosotros en los próximos meses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
DEJA TU COMENTARIO