Desde hace ya algún tiempo, en la red social ideal para volcar toda nuestra hipocresía (Facebook), podemos leer miles de afiches que pretenden partir de pensamientos reflexivos, donde se pregona la idea de libertad en las personas que están solas, como si libertad fuera el antónimo de compañía. En cada mensaje de este tipo, prevalece un trasfondo resignación y afán de explicar porque alguien está solo.
Llaa soledad es sinónimo de libertad si uno “elige” estar solo, lo que no quiere decir que sea libre solamente por estar solo. Y dentro de las elecciones de vida, alguien que “elige” no estar solo, casi siempre es caratulado de acompañarse de cualquiera, con tal de no estar solo. Malas noticias para ellos: Nadie se acompaña de quien no quiere!
Alguien puede gozar de la compañía de distintas personas, periódicamente o alternadamente solo por el hecho de no estar solo, pero esa no es una elección para vivir acompañado, sino que es solo una búsqueda o prueba para que ello se concrete, hasta que aparece la persona indicada; que casual y generalmente andaba en la misma búsqueda.
¿El amor? Nadie se enamora a primera vista; a nuestra edad debemos “pegar varios vistazos más”. El amor en ese periodo está latente y prevalece hasta que aflora, florece o aparece en esa compañía, cuando menos se piensa.
De modo que, sería bueno que la gente no esté sola sino eligió estarlo, y que se vuelva a dar la oportunidad de disfrutar de la libertad de estar acompañado.
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