viernes, 18 de septiembre de 2020

CAMBIAR ES VIVIR


A modo de ejemplo: Esa roca en forma de campanario que está en la cima de un cerro a la vera del camino que bordea el río Aluminé, está igual desde siempre. Podemos andar por ahí cada década y la veremos igual. En detalle, solo podremos encontrarle un poco mas de erosión, causada por agentes externos (viento, lluvia), pero no cambios causados por si misma. La roca no se mueve. La roca está muerta. 

Una alarmante mayoría de los seres humanos, también estamos muertos. Jamás cambiamos nada de nuestras vidas y vivimos refunfuñando por nuestra rutina insoportable. No cambiamos nada por miedo a lo que no estamos acostumbrados. Todavía hay gente adulta, pero relativamente joven, que se niega a aprender a manipular un sistema informático, que tan útil es para comunicarse en estos días, para aprender, para informarse, etc.. "No se ni prender la compu" -Argumentan justificándose. Y un día, la necesidad las lleva a emplearse y allí deben aprender a operar un sistema de gestión u otros, que jamás utilizarían para si mismos. Este es solo uno de miles de ejemplos. No viajamos; no vamos al mar; no vamos a la montaña; no salimos los domingos porque el lunes hay que trabajar; no disfrutamos de otro deporte que no sea el que practicamos desde chicos (Después nuestros hijos lo juegan y vamos a verlos incondicionalmente). No queremos salir de la llamada "Nuestra zona de confort" y nos quedamos con las ganas de conocer otras zonas que soñamos. No emprendemos. Solo factores externos nos hacen cambiar algo. Conclusión: La roca está muerta; muchos de nosotros, también!°

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