martes, 23 de julio de 2024

UN TORO QUE SE LAS TRAE

 Arrolla la red, es el paso del Toro Martínez. Criado en los fríos de Bahía Blanca, allí donde los chicos nacen con puntería para encestar y para patear, Lautaro eligió entregarle sus dones al fútbol, porque rompiendo arcos se sentía mejor. En la Copa América, recuperó la frialdad que le faltaba. Por eso, su gol en la final es un retrato del buen definidor. Antes de ser toro bravo, fue ternero y tuvo que pelearla para no terminar en el matadero del fútbol del interior. Hizo varias pruebas en Buenos Aires, pero fue Racing quien viajó y lo descubrió. De jovencito, no sin esmero, sus padres le compraban botines en cuotas y él pagó con creces, aportando la cuota del gol. Más de una vez, le tocó sobrevivir a la sequía, pero Scaloni siempre lo defendió. Los toros son animales duros, pelean y defienden su área, soportando estoicamente el dolor. No jugó por poco el Mundial de Rusia, y lo vendieron al Inter, donde se destapó. En Qatar, se bancó una lesión en un tobillo y metió el penal que puso a la Argentina en semis. Dos años después, hizo el gol del bicampeonato de América. Fue la eterna corrida del Toro. El arquero de Colombia quiso torearlo y él, que veía todo rojo, ni lo dudó.

Adrián Michelena
Puede ser una imagen de una persona, jugando al fútbol, jugando al fútbol y texto
Toda

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