sábado, 6 de julio de 2024

EL IMPERIO MAYA

Hace miles de años, en las exuberantes tierras de Mesoamérica, surgió una civilización que cautivaría al mundo con su grandeza y misterio: los mayas. Desde el año 2000 a.C., en la región que abarca el sureste de México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador, los mayas florecieron en un esplendor que perduraría por más de 3,000 años.
Su sociedad estaba meticulosamente estructurada, con una clase gobernante de reyes y nobles, mientras que la gran mayoría eran agricultores y artesanos. Pero lo que más impresionaba del pueblo maya era su increíble avance en diversas áreas del conocimiento.
Desarrollaron un sistema de escritura jeroglífica sofisticado, con más de 800 glifos distintos, plasmados en inscripciones en piedra y murales. Su calendario era una maravilla de precisión, combinando un calendario solar de 365 días con uno sagrado de 260 días, además de un ciclo largo que abarcaba miles de años.
Las ciudades y templos mayas, como Chichén Itzá, Tikal y Palenque, se alzaban como testigos de su impresionante arquitectura, caracterizada por su precisión matemática y simbolismo religioso. En el campo de la astronomía, los mayas demostraron un conocimiento profundo, desarrollando sistemas complejos para predecir eclipses y el movimiento planetario.
Pero su grandeza no se limitaba al conocimiento; los mayas eran también expertos agricultores, utilizando técnicas avanzadas como la construcción de terrazas y sistemas de riego para cultivar maíz, frijoles, calabazas y más. Su arte y cerámica, con sus diseños intrincados y colores vibrantes, representaban su rica religión, mitología y vida cotidiana.
Sin embargo, como en toda gran historia, hubo un declive. Alrededor del siglo IX d.C., la civilización maya experimentó un misterioso declive. Aunque las razones exactas aún no están claras, se cree que factores como la guerra, la sobreexplotación de recursos y el cambio climático pueden haber contribuido.
Pero el legado de los mayas perdura hasta nuestros días. Su arte, arquitectura, conocimientos científicos y espirituales continúan fascinando y siendo apreciados en todo el mundo. A través de su historia, aprendemos que, incluso las más grandes civilizaciones, están sujetas al cambio y la impermanencia. Es un recordatorio de la importancia de cuidar y respetar nuestro mundo, y de valorar el conocimiento y la sabiduría que las culturas pasadas nos legan.
💯🇲🇽
Toda
34

 

viernes, 5 de julio de 2024

UNA CORRIENTE PARA ALGUNOS

 ¿Qué es el EXISTENCIALISMO?

El existencialismo es una corriente filosófica surgida en el siglo XX que considera que en el ser humano "la existencia precede a la esencia."
Esto que quiere decir que, para el existencialismo, el ser humano no tiene una naturaleza específica, no tiene una esencia determinada.
Los filósofos de esta corriente piensan que, antes de tener cualquier esencia o naturaleza determinada, el hombre vive y toma decisiones, y en base a sus decisiones (existencia) el hombre será de una u otra manera (esencia). El hombre es lo que hace. En otras palabras, el existencialismo considera que el ser humano es radicalmente libre.
Así, el humano al tomar decisiones, tiene que inventar su propia existencia, o como dice el poeta: "caminante no hay camino, se hace el camino al andar."
De esta forma el ser humano debe decidir por sí mismo qué es lo bueno y qué es lo malo para él mismo, porque de acuerdo con esta corriente el ser humano no puede sacar su moral de ninguna religión ni de ningún Dios, y aun cuando tengamos una religión o creamos en un Dios, somos nosotros mismos quienes estamos decidiendo tener esa religión o creer en ese Dios.
Para el existencialismo el ser humano es el creador de su propio destino, aunque por su puesto esto implica una gran carga porque el individuo se vuelve completamente responsable de su propia existencia.
Si bien esta corriente tiene como antecedentes a Kierkegaard y a Nietzsche, su mayor exponente será el filósofo y escritor Jean-Paul Sartre.
Descubre más sobre Sartre y el Existencialismo con nuestra GUÍA OFICIAL: 'HISTORIA DE LA FILOSOFÍA PARA PRINCIPIANTES. DE TALES AL SIGLO XXI'. (de las redes)
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COSAS QUE NO CONOCIAS DEL GENERAL

 Su comida preferida era el asado, que casi siempre comía con un sólo cubierto: el cuchillo. Era muy hábil en comer así. Solía morder un pedazo de carne, y como los paisanos, cortaba el sobrante con un cuchillo afilado. ¡Había quienes se maravillaban que no se cortara la nariz!

No le gustaba el mate. Pero era un apasionado del café. Y como era muy "pillo", conocedor intimo del alma del soldado, para no "desairar" a sus muchachos, tomaba café con mate y bombilla.
Conocía mucho de vinos. Y podía reconocer su origen con sólo saborearlo.
Era un empedernido fumador de tabaco negro, que el mismo picaba, para luego prepararse sus cigarros.
Era muy buen jugador de ajedrez, y realmente era muy difícil ganarle.
Se remendaba su propia ropa. Era habitual verlo sentado con aguja e hilo, cosiendo sus botones flojos o remendando un desgarro de su capote, el cual, abundaba de ellos.
Usaba sus botas hasta casi dejarlas inservibles. Más de un vez las mandaba a algún zapatero remendón, para que les hagan taco y suela nuevos.
Predicaba con el ejemplo. El mismo enseñaba el manejo de cada una de las armas, como lo atestiguan las melladuras del filo de su Corvo, inigualable instrumento de enseñanza de la esgrima. Y jamás, daba una orden a sus subordinados, que él mismo no pudiera cumplir.
Su palabra era santa, y para sus hombres era ley.
Era muy buen pintor de marinas. Él mismo decía que si no se hubiera dedicado a la milicia, bien podría haberse ganado la vida pintando cuadros.
Era muy buen guitarrista, habiendo estudiado en España con uno de los mejores maestros de su época.
Hablaba inglés, francés, italiano, y obviamente español, con un pronunciado acento andaluz.
Tenía la costumbre de aparecerse por el rancho, y pedirle al cocinero que le diera de probar la comida que luego comería la tropa. Quería saber si era buena la comida de sus muchachos. Y allí mismo, en la cocina, la comia de parado.
Luego de comer, dormía una siesta corta, de no más de una hora, para luego levantarse y volver al trabajo.
Aquella famosa frase Sanmartiniana que dice: "De lo que mis Granaderos son capaces, sólo lo sé yo. Quién los iguale habrá, quién los exceda, no", originalmente era "De lo que mis muchachos son capaces...".
En sus años del exilio europeo, se había dedicado a la carpintería. Y también a la jardinería, destacándose por sus hermosos rosales.
En Campaña, era el último en acostarse, después de cerciorarse que todos los puestos de guardia estuviesen cubiertos, y el resto de la tropa descansando. Y para cuando empezaba a clarear el sol en el horizonte, hacía rato que el General contemplaba el alba.
Nota: esta publicación apareció originalmente en julio de 2018 en esta misma página, obra de uno de los Administradores. Fue plagiada con total desparpajo en innumerables páginas y perfiles. Así, que si la ves con otro nombre de autor, recuerda que es de nuestra autoría.(tomado de las redes)
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