Hace mucho que no escucho esa denominación para un personaje, pero que los hay, lo sigue habiendo:
Hay figuras que atraviesan generaciones y regiones del país. El "fanfarrón argentino" es una de ellas: un personaje que se pavonea por plazas, bares y redes sociales, desplegando carisma y exageración como si fueran medallas.
- Autopromoción constante: Se presenta como un experto en todo, desde política hasta fútbol, aunque su conocimiento muchas veces es superficial.
- Relato heroico: Sus anécdotas tienen tintes épicos. Una salida nocturna se transforma en leyenda, una gambeta en la canchita es “mejor que la de Messi”.
- Competitivo hasta el hueso: Nunca pierde... o al menos eso asegura. Tiene una respuesta para todo y siempre quiere tener la última palabra.
- Vestimenta llamativa: Su estilo mezcla lo urbano con lo ostentoso: mucho perfume, accesorios relucientes y gestos ampulosos.
- Seductor profesional: Cree tener un magnetismo irresistible. Sus estrategias de conquista están basadas en frases hechas y galantería sobreactuada.
🎭 ¿Por qué nos fascina (y a veces nos irrita)?
El fanfarrón despierta sentimientos encontrados. Por un lado, representa cierto espíritu argento: vive en modo "show", no se achica, y siempre quiere destacar. Pero por otro, puede ser agotador en su necesidad de validación.
Pero muchas veces, este personaje esconde inseguridades. El fanfarrón necesita el aplauso constante para sentir que vale. En el fondo, hay una búsqueda genuina de reconocimiento y pertenencia. Seguro que quien lee, conoce alguno. Los hay muchos.
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